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El caso Epstein desestabiliza la Casa Banca y pone a MAGA en contra de su Presidente

  • Redacción/Más Mexicanos Que Nunca
  • 22 jul
  • 5 Min. de lectura
Los aliados de Donald Trump en el movimiento de extrema derecha “Make America Great Again”, mejor conocido como MAGA, han lanzado varios cuestionamientos sobre el manejo que se le ha dado al caso de Jeffrey Epstein, en el que el magnate podría estar bastante involucrado.
Los aliados de Donald Trump en el movimiento de extrema derecha “Make America Great Again”, mejor conocido como MAGA, han lanzado varios cuestionamientos sobre el manejo que se le ha dado al caso de Jeffrey Epstein, en el que el magnate podría estar bastante involucrado.


En la semana siguiente a que el Departamento de Justicia de Estados Unidos (EU) se retractara de su promesa de publicar la colección completa de archivos sobre Jeffrey Epstein, un delincuente sexual de altos vuelos, “parecía que no había nada que el Presidente Donald Trump pudiera hacer para calmar la furia de algunos de sus partidarios”, cuenta Erica L. Green en The New York Times.


“Intentó persuadirlos mientras defendía a su Fiscal General de la ira, preguntando: ‘¿Qué pasa con mis chicos y, en algunos casos, mis chicas?’. Dijo que no entendía su interés en el caso, minimizándolo como ‘aburrido’. Incluso los tachó de ‘débiles’ y los desautorizó como ‘antiguos partidarios’. Aun así, la reacción seguía creciendo”, agrega.

Pero cuando The Wall Street Journal publicó su historia donde detalla una carta de décadas de antigüedad con un dibujo lascivo que Trump supuestamente le envió a Epstein para su cumpleaños, “Trump obtuvo un respiro de la revuelta, ya que algunos de sus partidarios más acérrimos corrieron a defenderlo. Trump convirtió uno de los momentos más conflictivos para su base en uno de los más unificadores al apelar a otras quejas de MAGA: la profunda desconfianza hacia los medios tradicionales, el desdén por Rupert Murdoch y la creencia de que el Presidente había sido perseguido injustamente por sus enemigos políticos”, dice la autora.


Donald Trump parece haberse comprado algo de tiempo, comenta la autora en The New York Times. Disfruta del ojo del huracán: nada se mueve. Sus aliados en el movimiento de extrema derecha “Make America Great Again” —conocido como MAGA— dijeron que el descontento que había dividido a la base se había disipado, aunque no se había eliminado. Al menos por ahora.


“Pero aunque la indignación parecía calmarse entre los partidarios de Trump, no todos estaban convencidos. Algunos comentaristas conservadores aún lamentaban este fin de semana que la noticia, y la orden de Trump de solicitar los archivos del gran jurado, plantearan más preguntas que respuestas. Natalie Winters, corresponsal del podcast ‘War Room’ de Steve Bannon, dijo que la noticia la hizo sentir engañada. Mike Benz, director ejecutivo de Foundation for Freedom Online, un grupo que aboga contra la censura de la expresión en las plataformas digitales, recordó en el programa de Bannon durante el fin de semana cómo Trump en 2015 se refirió a la posibilidad de que el expresidente Bill Clinton estuviera implicado en los archivos, lo que ayudó a dar surgimiento al movimiento MAGA”, menciona Erica L. Green en The New York Times.

Calma en la tormenta


Benjamin Wallace-Wells dice en un ensayo publicado por The New Yorker que los detalles de la vida de Epstein, “las formidables conexiones que cultivó entre las élites políticas, financieras y académicas; su condena en Florida en 2008 por solicitación de prostitución; la forma en que evitó un castigo más severo”, han sido documentados exhaustivamente.


“Pero la obsesión de MAGA era que el Gobierno [de Estados Unidos] había participado en un encubrimiento y tenía en su poder una lista de clientes de Epstein, que podría, según la teoría, implicar a decenas de poderosos en crímenes atroces. En octubre pasado, el compañero de fórmula de Trump, J.D. Vance, dijo: ‘En serio, tenemos que publicar la lista de Epstein’. En febrero, la Fiscal General Pam Bondi respondió a una pregunta sobre si el Departamento de Justicia pronto haría pública la ‘lista de clientes de Jeffrey Epstein’ diciendo que estaba ‘sobre mi escritorio ahora mismo para revisarla’. Quince personas influyentes de derecha acudieron a la Casa Blanca y recibieron carpetas tituladas ‘Archivos Epstein: Fase Uno’. Pero esos ‘archivos’ no ofrecían nada nuevo”, cuenta el periodista.

El texto reporta que “para los aliados de Trump en los medios de comunicación de derecha, muchos de los cuales llevaban años prediciendo revelaciones espectaculares sobre Epstein, esto parecía una evasiva”.


–El hecho de que el Gobierno de Estados Unidos, por el que voté, se negara a tomar en serio mi pregunta y, en cambio, dijera: “Caso cerrado, cállate, teórico de la conspiración”, fue demasiado para mí –dijo Tucker Carlson.



Megyn Kelly publicó en X que sólo había dos posibilidades: que no hubiera una lista de clientes y que Bondi hubiera engañado al público, o que “hay un escándalo que se está encubriendo y es bajo su dirección” [la de Trump].


Steve Bannon estimó que la reacción negativa costaría a los republicanos cuarenta escaños en la Cámara de Representantes el próximo año. Probablemente valga la pena tomar en serio esta última predicción, pero no literalmente.


“Más interesante fue la reacción de los aliados más recientes de Trump: los multimillonarios de Silicon Valley y los podcasters que fueron clave para su victoria en 2024. Elon Musk lleva semanas lanzando acusaciones efusivas contra Trump. El comediante y podcaster Andrew Schulz se quejó: ‘Está haciendo justo lo contrario de todo por lo que voté’. Joe Rogan, uno de los aliados más importantes de Trump en noviembre, ahora parecía traicionado: ‘¿Por qué dijeron que había miles de horas de grabaciones de gente haciendo cosas horribles? ¿Por qué dijeron eso?’”, añade el autor.

Trump es vulnerable al caso Epstein, dice, y no sólo porque los dos hombres fueron fotografiados festejando juntos, o porque Trump elogió a Epstein en una cita que circuló ampliamente, o porque Epstein le había dicho al reportero Michael Wolff que, durante 10 años, había sido el “amigo más cercano” del Presidente.


El jueves, The Wall Street Journal informó que, para el quincuagésimo cumpleaños de Epstein, Trump, entre otros, le envió una carta de cumpleaños “obscena”, lo cual Trump negó, diciendo que demandaría “al igual que demandó a todos los demás”.


“Los liberales, asimilando todo esto, podrían sospechar que es un simple castigo por las decisiones políticas de Trump: si construyes un seguimiento en la periferia de Internet, puedes volverte en deuda con sus obsesiones. Pero el revuelo también tiene que ver con las formas en que ha evolucionado el movimiento Trump”.

Benjamin Wallace-Wells agrega: “En el ambiente de furia y desconfianza pospandemia, Trump se movió con mucha más agilidad que los demócratas para ampliar su apoyo entre personas con un interés irregular en la política, y ha llegado a un grupo de jóvenes, no blancos, hombres y con menos probabilidades de tener un título universitario. Ese grupo, y los podcasters a quienes les proporciona audiencia, se han sentido atraídos por la imagen de Trump como un outsider, un arremetedor contra el establishment. Y, sin embargo, en los seis meses transcurridos desde su investidura, lo que Trump, a pesar de adoptar un estilo cruel y autocrático, les ha dado son políticas del establishment republicano: un presupuesto que recorta Medicaid, privando a diecisiete millones de personas de seguro médico, y otorga enormes exenciones fiscales a los ricos; una intervención militar en Oriente Medio.


Una encuesta de CNN publicada el miércoles sugiere que el número de estadounidenses que ‘aprueban firmemente’ la Presidencia de Trump —una medida de su base— está ahora en su nivel más bajo en cualquier momento de su primer y segundo mandato”.


No es de extrañar que Trump suene tan exasperado, concluye. “La principal ilusión de su carrera política ha sido que, a pesar de su riqueza y evidente influencia, sigue siendo un outsider. Pero eso siempre fue una ficción, y ahora —con el liderazgo republicano unificado tras él y el respaldo mayoritario de la Corte Suprema— puede que se sienta lo suficientemente fuerte como para dejar atrás algunas de las rarezas de su movimiento. En su segundo mandato, Trump ya no se comporta como un populista, y el caso Epstein se está desarrollando como una prueba de cómo reacciona el MAGA a esta noticia”.

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