La estrategia de China golpea a EU donde más le duele. ¿Quién se doblará: Trump o Xi?
- paulette solano
- 17 oct
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Ana Swanson y Meaghan Tobin, periodistas que cubren comercio internacional y tecnología, desde la capital estadounidense y desde Taiwan, respectivamente, dicen en un texto de hoy que en los últimos tres años, Washington ha reivindicado un amplio poder para imponer normas globales que prohíben a empresas de cualquier parte del mundo enviar chips informáticos de vanguardia o las herramientas necesarias para su fabricación a China. “Los funcionarios estadounidenses dicen que esta estrategia es necesaria para evitar que los chinos se impongan en la carrera por la Inteligencia Artificial (IA) avanzada”.
Pero un amplio conjunto de restricciones anunciadas por Beijing la semana pasada demostró que dos pueden jugar ese juego, dicen las reporteras en su texto publicado hoy en The New York Times.
“El Gobierno chino ejerció su influencia sobre las cadenas de suministro mundiales al anunciar nuevas normas que restringen el flujo de minerales críticos utilizados en todo tipo de productos, desde chips informáticos hasta automóviles y misiles. Las normas, que entrarán en vigor a finales de este año, sorprendieron a gobiernos y empresas extranjeras, que ahora podrían necesitar licencias de Pekín para comercializar sus productos incluso fuera de China. Los analistas afirman que, con su dominio sobre la producción de estos minerales de tierras raras y su control de otras industrias estratégicas, China puede tener una capacidad incluso mayor que Estados Unidos para convertir las cadenas de suministro en armas”, dicen las periodistas.
“Estos controles [sobre las tierras raras] son los últimos de Pekín para demostrar el dominio global de China en las cadenas de suministro, especialmente en industrias de vanguardia y sistemas de defensa. Las nuevas normas indican que China está reforzando su control sobre bases industriales y tecnologías clave, mientras Estados Unidos y otros países occidentales buscan fortalecer la producción nacional y reducir su dependencia de China”, dice por su parte The Wall Street Journal.
El texto de The New York Times plantea una pregunta clave: ¿las restricciones chinas persuadirán a la Administración Trump a dar marcha atrás en sus aranceles o en sus restricciones tecnológicas de larga data, o será el gobierno de China el primero en ceder ante la presión?
“La Administración pareció sorprendida por las restricciones chinas, que podrían paralizar las industrias estadounidenses. El viernes, Trump amenazó con cancelar una reunión prevista con el líder chino, Xi Jinping, además de imponer un arancel del 100 por ciento. Tras el desplome de los mercados bursátiles, el Presidente [de Estados Unidos] publicó en redes sociales el domingo: ‘¡No se preocupen por China, todo estará bien!’. El martes, Trump renovó sus pullas, declarando ante un grupo de periodistas y el Presidente de Argentina que Xi ‘se irrita porque a China le gusta aprovecharse de la gente y no pueden aprovecharse de nosotros’. Esa tarde, Trump escribió en redes sociales que Estados Unidos estaba considerando suspender las importaciones de aceite de cocina de China, así como otros negocios”.
Estados Unidos y China llevan muchas rondas de negociaciones comerciales que han logrado poco, excepto el posible acuerdo sobre TikTok. Los elevados aranceles impuestos por ambos países entrarán en vigor el próximo mes, un aplazamiento que disfruta México. Pero lo que suceda entre Estados Unidos y China tendrá consecuencias para la economía mundial. Y la disputa parece intensificarse: al preguntarle el miércoles si se encontraban en una guerra comercial sostenida, el Presidente Donald Trump respondió: “Bueno, ahora sí”.
El Secretario del Tesoro, Scott Bessent, indicó el miércoles que es posible una tregua arancelaria extendida , pero añadió: “Todo eso se negociará en las próximas semanas”. Bessent critica a China por los límites propuestos a las exportaciones de minerales críticos, el punto medular entre ambos: la Administración Trump está muy preocupada por estos minerales, cuya producción global está dominada por China.
Los chinos saben que pueden dañar industrias clave de Estados Unidos, desde automóviles hasta chips e inteligencia artificial. Y al mismo tiempo, China está muy molesta por las restricciones occidentales a la tecnología, especialmente a los productos relacionados con la IA. Trump intenta romper su dependencia de China para obtener minerales críticos. Pero esto podría llevar años y marcar el comienzo de una nueva era en la política industrial estadounidense.
Tierras raras, raras
China interrumpió las exportaciones de tierras raras a Japón durante una disputa marítima en 2010. Esto prendió alarmas en Estados Unidos. Fue hace 15 años. La realidad es que Washington hizo poco. “No está claro cuándo las autoridades chinas comenzaron a desarrollar el sistema de licencias para tierras raras. Pero las agresivas medidas de Trump, incluidas las nuevas tarifas para los barcos de propiedad china que atracan en puertos estadounidenses, han dado a Pekín la oportunidad de probar estas medidas”, explica The New York Times.
The Wall Street Journal detalló el 8 de octubre pasado que China había reforzado su control sobre sectores cruciales para la fabricación de productos de alta tecnología, incluidos vehículos eléctricos y aviones de combate, amenazando con reavivar las tensiones comerciales antes de la reunión prevista entre Trump y Xi Jinping.
El Ministerio de Comercio de China declaró que los proveedores extranjeros deben obtener la aprobación de Pekín para exportar ciertos productos con ciertas tierras raras originarias de China si representan el 0.1 por ciento o más del valor total del producto. Los productos fabricados con ciertas tecnologías chinas también están sujetos a los controles de exportación. Ambas restricciones se aplican a los productos fabricados fuera de China. Las solicitudes de exportación de productos con usos militares generalmente no serán aprobadas, dijo el Ministerio, y agregó que las licencias relacionadas con semiconductores o el desarrollo de inteligencia artificial se otorgarán caso por caso.
El Times explica que desde abril pasado, después de que Trump impusiera aranceles adicionales del 34 por ciento a China, Pekín implementó un sistema inicial de licencias para la exportación de tierras raras a fabricantes de automóviles e industrias de defensa. Las empresas estadounidenses entraron en pánico ante la disminución de los suministros minerales. Ford Motor y otras compañías automotrices suspendieron parte de su producción. Trump respondió aumentando sus aranceles a un mínimo del 145 por ciento, lo que paralizó gran parte del comercio entre ambos países.
Y en las reuniones de esta primavera y verano, los países restablecieron una frágil tregua en la que Estados Unidos redujo sus aranceles y China permitió que las exportaciones de minerales fluyeran con mayor facilidad. Sin embargo, Estados Unidos ha seguido imponiendo controles tecnológicos, lo que ha provocado dolorosas contramedidas por parte de China. “El sistema de licencias minerales mucho más amplio de China siguió a una decisión del 29 de septiembre por parte de Estados Unidos de ampliar las restricciones comerciales a las subsidiarias de cualquier compañía en la llamada lista de entidades, que restringe el tipo de tecnología estadounidense que pueden comprar”, según el Times.
Pero los analistas dicen que los funcionarios chinos consideraron la medida como una interrupción de un deshielo tentativo después de que Trump habló con Xi por teléfono menos de dos semanas antes y dijo que habían llegado a un acuerdo preliminar para desinvertir las operaciones estadounidenses de TikTok de su empresa matriz china.




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