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Las aves migratorias construyen un reino sobre restos del NAIM, en el Lago de Texcoco

  • Redacción/Más Mexicanos Que Nunca
  • 21 jul
  • 6 Min. de lectura
En el Lago de Texcoco el agua, aves nativas y otras especies han regresado, algo que celebran habitantes de pueblos cercanos como Atenco, que durante años protestaron para frenar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional. Las y los habitantes mantienen trabajos para resarcir la devastación que dejó el proyecto impulsado por el expresidente Enrique Peña Nieto.
En el Lago de Texcoco el agua, aves nativas y otras especies han regresado, algo que celebran habitantes de pueblos cercanos como Atenco, que durante años protestaron para frenar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional. Las y los habitantes mantienen trabajos para resarcir la devastación que dejó el proyecto impulsado por el expresidente Enrique Peña Nieto.

En algunas zonas del Área Natural Protegida Lago de Texcoco el agua atraviesa los orificios de la barda kilométrica que construyó el Gobierno de Enrique Peña Nieto para delimitar lo que sería el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Habitantes de pueblos cercanos lo celebran, así como el regreso de aves nativas y otras especies gracias a su lucha, que logró frenar la construcción del aeropuerto hace más de seis años.


La recuperación del lago ha permitido albergar 230 mil aves migratorias y nativas sólo entre 2024 y 2025, incluidas siete especies que no se habían observado en los últimos años, de acuerdo con reportes de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).

Ignacio del Valle, originario de Atenco, recordó que la resistencia de los pueblos a la represión y su defensa del lago hicieron posible que, por ejemplo, la Ciénega de San Juan, una laguna que forma parte del Área Natural Protegida, actualmente tenga unas 600 hectáreas de agua. Él fue uno de los ejidatarios detenidos arbitrariamente en 2006 en el Estado de México, cuando Peña Nieto era Gobernador, por protestar contra el despojo de tierras.


“La naturaleza nos ha dado la oportunidad de demostrar y decirle al mundo que teníamos razón, que el pueblo no se equivoca cuando tiene conocimiento, apego, arraigo y amor a donde pertenece como comunidad. En la resistencia a un proyecto en donde nunca nos consultaron tuvimos que pasar, nuestra gente tuvo que pasar, por señalamientos, [nos decían] gente retrógrada, gente que no entendía el progreso. Claro que lo entendimos, claro que reflexionamos y que tuvimos que recordar de dónde venimos, cuál es nuestro pasado, y nuestro pasado tiene que ver con una gran cantidad de motivos que nos hacen sentir el arraigo, y que la tierra es nuestra madre a la cual pertenecemos y debemos respetar y que no podríamos ponerle precio. También es en memoria de compañeros, compañeras que se fueron, algunas compañeras muy valientes y comprometidas con este movimiento“.


“Hoy [mirar la laguna] es como cosechar en tiempos difíciles, esto es el fruto de esa resistencia. Esto que estamos mostrándole al mundo llena mi conciencia para decir: No nos equivocamos”, dijo en un recorrido con la prensa.

Ignacio es integrante del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra, creado desde la Presidencia de Vicente Fox para defender a miles de campesinos del decreto publicado en octubre de 2001 para expropiar más de 5 mil hectáreas de cultivo de uso común, la mayoría en Atenco, para arrancar con la construcción del aeropuerto.


Aunque el decreto fue revocado gracias a las protestas de ejidatarios, la represión continuó, como en mayo de 2006, cuando policías federales y estatales agredieron a campesinos, violentaron sexualmente a mujeres y realizaron decenas de detenciones arbitrarias. Por todo ello, el frente insiste en defender el Lago de Texcoco y mantienen sus exigencias por justicia.


“Aquí seguimos y seguiremos defendiendo esta tierra que nos corresponde por derecho. Por eso lo seguiré repitiendo: Donde nos paramos me da coraje porque todo es impunidad”, dijo en entrevista Adán Espinoza, del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra.

"La naturaleza tiene memoria"


En el Lago de Texcoco, que fue declarado Área Natural Protegida desde 2022, se cultivaba el alga espirulina, un alimento ligado a los pueblos originarios desde hace siglos. Ignacio del Valle contó que ya se observa de nueva cuenta. “El agua, la naturaleza, tienen memoria”, insistió.



María Antonia Trinidad Ramírez, originaria de Atenco, desmiente hasta la fecha los argumentos que autoridades les dieron para despojar a los pueblos de sus tierras, como el que las parcelas no eran productivas. Hace más de 10 años ella trabajaba en la zona sembrando maíz, calabazas, frijol, y ahora que el Lago de Texcoco recupera territorio, en las comunidades rememoran lo que enfrentaron por defender la tierra.


“Nosotros lo tenemos en la memoria, les platicamos a nuestros hijos toda esta historia que vivimos en la defensa del territorio”, dijo desde la Ciénega de San Juan, a unos metros de la barda de más de 30 kilómetros que rodea el lugar donde se construiría el NAIM y que costó casi el doble de lo informado inicialmente por la administración de Peña Nieto –pasó de mil 547 millones de pesos a 2 mil 930 millones a través de convenios con la Sedena–.

Actualmente la barda impide el paso de fauna nociva y el agua poco a poco la traspasa, algo que se observa en la Laguna de Xalapango, que se encuentra dentro del Área Natural Protegida y el Parque Ecológico Lago de Texcoco y donde se acumulan 400 hectáreas de agua.


El agua que almacena proviene del río Papalotla, uno de los nueve ríos que fueron desviados para poder construir el NAIM; hasta ahora el trabajo del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, las CONANP y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha permitido devolver el flujo de siete de los nueve ríos que llegaban al Lago de Texcoco.


“Lo que podemos ver es agua reconducida de uno de estos nueve ríos, que es el río Papalotla, y vamos a encontrar a lo largo de este sitio por lo menos 2 kilómetros de la barda perimetral de ese fallido aeropuerto anegada por el agua de este río”, explicó Jorge Daniel Fonseca, Director del Área Natural Protegida Lago de Texcoco en un recorrido por el lugar. Agregó que esta zona es ejemplo de los cuerpos de agua que se pueden crear.

La recuperación del Lago de Texcoco


Arturo González Cando, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, expuso que junto al Gobierno federal buscan crear bordos para almacenar agua y mantenerla permanente, y no sólo retenerla durante las temporadas de lluvias, para ello usarán el tezontle, un material que causó la devastación de cerros cercanos al Lago de Texcoco, como en Tepetlaoxtoc, el municipio de donde Arturo es originario.


El relleno de la laguna con tezontle ha impedido que cerca de la barda perimetral del fallido aeropuerto se puedan crear cuerpos de agua más profundos, pero con la profundidad que ya acumulan las especies poco a poco han podido regresar.


“Lo que buscamos es tener cuerpos permanentes. Sabemos que no nos da para tener cuerpos más allá de 2 metros más que en la [terminal en forma de] 'X’, pero el tener cuerpos de un metro, medio metro o 40 centímetros ya generaría un cambio radical climático, principalmente porque te permite mantener cuerpos de agua para las aves playeras, que no buscan aguas profundas, sino aguas someras, eso es lo que buscamos tener”, dijo González Cando.

De acuerdo con la CONANP, 8 mil hectáreas de las 14 mil que conforman el Área Natural Protegida Lago de Texcoco tienen potencial para poder ser inundadas, o para volver a ser cuerpos de agua, algo que podrá lograse con la reconducción de flujos de agua tanto del oriente del Estado de México como del poniente de la Ciudad de México, detalló Jorge Fonseca.


El director del Área Natural Protegida explicó que otro de los objetivos que tienen tanto los pueblos originarios como funcionarios del gobierno es sanear el agua que llega al lago.


“Podremos darle diferentes utilidades. Primero, restaurar un ecosistema lacustre, restaurar el lago y poderlo ver en condiciones muy similares a lo que era su ecosistema natural, pero también la de proveer agua para otros servicios, que sabemos que es uno de los mayores padecimientos que se tienen en el Valle de México, que es el acceso digno al agua para millones de habitantes que viven dentro de la Cuenca de México y también ayudar a atenuar la sobreexplotación que actualmente se hace del acuífero del Valle de México. El agua se podría utilizar en actividades como la agricultura, en actividades como el riego de áreas verdes, de parques y jardines, y finalmente buscamos llegar a la potabilización de las aguas que convergen en el Lago de Texcoco”, expuso.

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