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Espías, mercenarios, CIA, Guaidó, Irak, Bukele: Ron Johnson es la derecha más chueca

  • Redacción/Más Mexicanos Que Nunca
  • 26 may
  • 7 Min. de lectura

El flamante Embajador de Estados Unidos en México, Ron Johnson, ha llegado al país, dice, para trabajar de la mano de la Presidenta Claudia Sheinbaum, pero el coronel retirado suele rodearse de ultraderechistas: Kevin Prince, Nayib Bukele y, ahora, Eduardo Verástegui.
El flamante Embajador de Estados Unidos en México, Ron Johnson, ha llegado al país, dice, para trabajar de la mano de la Presidenta Claudia Sheinbaum, pero el coronel retirado suele rodearse de ultraderechistas: Kevin Prince, Nayib Bukele y, ahora, Eduardo Verástegui.

La tarde del domingo 9 de febrero, el Presidente de El Salvador Nayib Bukele  entró con un centenar de militares y policías fuertemente armados al Congreso para exigir que se aprobara un préstamo para seguridad pública que habían demorado por semanas. El repudio internacional fue amplio. No fue el caso del Embajador de EU, Ron Johnson, un exboina verde y exagente de la CIA, quien no solo evitó hablar del tema, sino que destacó su amistad con Nayib. “Todo mundo me pregunta por nuestra amistad, el Presidente Bukele y su familia son mis amigos. No estamos de acuerdo en todo, pero si tiene un amigo que está de acuerdo con usted en todo, necesita encontrarse un nuevo amigo”.


El coronel Ronald D. Johnson ha estado al frente en distintos conflictos bélicos en los que Estados Unidos ha participado alrededor del mundo. Dirigió, por ejemplo, operaciones de combate en El Salvador como uno de los 55 asesores militares autorizados durante la guerra civil en la década de 1980, en la que el Gobierno estadounidense equipó a la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) para combatir a los movimientos insurgentes en la región, particularmente al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. 


Años después dirigió despliegues en las zonas de guerra de Afganistán e Irak. Tanto aéreos, terrestres y marítimos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en la que trabajó a lo largo de 20 años, y estuvo a cargo de todas las operaciones de paracaidismo de la Agencia, es decir labores de espionaje.  Johnson también se ha desempeñado como asesor del comandante del Comando Sur de los EU, el brazo responsable de Washington de conducir operaciones militares en Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, el cual ha estado detrás del injerencismo estadounidense como ocurrió en años recientes cuando respaldó a Juan Guaidó como Presidente legítimo de Venezuela.


También fue enviado a los Balcanes en la década de 1990 como oficial militar de alto rango de un equipo integrado de la Agencia Central de Inteligencia, la Agencia de Seguridad Nacional y el personal de la Unidad de Misiones Especiales para detener a personas acusadas de crímenes de guerra. Después de su carrera militar, Johnson cumplió una segunda carrera con la Agencia Central de Inteligencia y participó en experiencias operativas y de combate en todo el mundo en acciones integradas con unidades de misiones especiales.


Esa es la trayectoria que puede reconstruirse a partir del puñado de perfiles que existen sobre él en espacios como El Centro y Escuela de Guerra Especial John F. Kennedy, una institución educativa del Ejército de los Estados Unidos que se encuentra en Fort Liberty, Carolina del Norte, y el Club de Hombres Republicanos del Condado de Collier.


Ahora Ronald D. Johnson tendrá un encargo que, en los hechos, estará lejos de este tipo de despliegue militar y de inteligencia. Ocupará su segunda Embajada en el continente americano: la de México

Apenas unas horas después de que fuera avalado por el Congreso de su país y enviado a México, Ronald D. Johnson acudió a una cena organizada por el ultraderechista Eduardo Verástegui, a quien llamó "su hermano".


A la velada también asistieron su esposa Alina Johnson, Carlos Slim Domit y el cantante Emmanuel. “Que Dios los bendiga a todos ustedes. Gracias a México, a mi hermano Eduardo y a todos los presentes”, mencionó el Embajador durante la reunión, como quedó atestiguado en un video de la cena difundido por redes sociales.

La reunión fue difundida por el propio Verástegui a través de redes sociales. El actor y político, quien fracasó en lograr una candidatura presidencial independiente en 2024, es opositor del Gobierno encabezado por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y ha sido promotor del intervencionismo de Estados Unidos para hacer frente a los cárteles de la droga.


La cita ocurrió el viernes 16 de mayo, un día después de su llegada a tierras mexicanas. Una de sus primeras acciones, fue visitar la Basílica de Guadalupe. "Al llegar a México, como personas de fe, mi esposa Alina y yo visitamos a Nuestra Señora de Guadalupe para pedir sabiduría y fuerza en esta responsabilidad en beneficio de ambas naciones", escribió el diplomático en X, antes Twitter.


Apenas un día después, Johnson fue recibido en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) por el Canciller Juan Ramón de la Fuente, con quien sostendrá la mayor parte de la relación bilateral. El lunes pasado, visitó Palacio Nacional para entregarle sus cartas credenciales a la Presidenta Claudia Sheinbaum.


Es un nuevo guiño, uno para con sus más cercanos, que suelen estar ligados con las ultraderechas. Pero no es el primero ni es el único.


El Embajador amigo de Bukele


Antes de ser nombrado para el principal puesto diplomático de México, Johnson ya había pasado por la Embajada de El Salvador entre 2019 y 2021. Ahí, revela el diario New York Times, "forjó una relación inusualmente cercana con el presidente salvadoreño". "La relación entre Johnson y el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, era tan cercana que preocupó a algunos funcionarios", señala el periódico estadounidense.


Johnson llegó a defender a Bukele de acusaciones de congresistas estadounidenses sobre posibles pactos con el crimen organizado. "Las acciones del Embajador parecían contradecir los intereses del gobierno de Trump, argumentaron tres funcionarios y exfuncionarios estadounidenses que trabajaron directamente con Johnson", cita el Times. "Parecía estar más concentrado en proteger a un líder extranjero, a decir de los funcionarios, que en desmantelar a las organizaciones delictivas salvadoreñas que operan ahí y en Estados Unidos".


Cuando el coronel en retiró dejó El Salvador, Bukele declaró que "se iba un gran amigo". Johnson matizó su relación para el Times: "relación cordial". La prensa salvadoreña lo recuerda como un hombre que, cuando abría la boca, se esperaba un elogio para el Gobierno de Bukele.


Erik Prince, el mercenario de la "Guerra contra el terrorismo"


Ron Johnson fue Boina Verde en el Ejército de Estados Unidos y tiene formación académica en inteligencia estratégica y más de tres décadas en el Ejército de los Estados Unidos, donde alcanzó el grado de coronel antes de retirarse en 1998, y una trayectoria en inteligencia militar y diplomacia.


Tras dejar el Ejército, Johnson se integró a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), desempeñándose como Enlace de Ciencia y Tecnología con el Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos, en Tampa, Florida. Este puesto lo vinculó estrechamente con la planificación estratégica y la colaboración en operaciones de alta seguridad.


En la CIA, "dirigió operaciones sensibles a escala global, incluidos múltiples despliegues en zonas de guerra en Afganistán e Irak", durante la época de la "Guerra contra el Terrorismo" lanzada por el Presidente George W. Bush Jr.,

El pasado 18 de enero, también en sus redes sociales, Verástegui mostró una foto reveladora. Se trata de una cena en Washington que mantuvo con Johnson y con Erik Prince.

Prince es, de acuerdo con el diario inglés The Guardian, "el mercenario más famoso de la era contemporánea y fundador de la ahora desaparecida empresa militar privada Blackwater". "Durante un tiempo, fue un prolífico corsario en la ‘guerra contra el terrorismo’, acumulando millones en contratos del gobierno estadounidense al proporcionar mercenarios a la CIA, el Pentágono y otras entidades", añade.


Ahora, dice el Guardian, "es una figura central entre una red de contratistas que intentan convencer a los asesores de Trump de un acuerdo de 25 mil millones de dólares para privatizar las deportaciones masivas de 12 millones de migrantes".


Prince, veterano de las fuerzas especiales y ex SEAL de la Marina, es un conocido socio comercial de Steve Bannon, artífice de la primera victoria electoral de Trump. Prince incluso apareció con él en julio pasado en una conferencia de prensa antes de que Bannon se entregara a las autoridades y comenzara una breve condena de prisión por desobedecer una citación del Congreso.


“Proviene de una familia republicana adinerada”, dijo Sean McFate, profesor de la Universidad de Georgetown que ha asesorado al Pentágono y a la CIA y autor de libros sobre la industria mercenaria global y conocedor de la historia de Prince. “Su hermana, Betsy DeVos, fue secretaria de Educación, y él ha sido un Maga, no solo un Maga, sino un Steve Bannon, Maga Breitbart Republicano, desde siempre”.


Un desencuentro temprano


El nuevo Embajador estadounidense ha tenido, no directamente, su primer desencuentro con Sheinbaum antes incluso de ser avalado por el Congreso de su país, pues cuestionado en el Capitolio sobre las posibles acciones militares con las que el Gobierno de Donald Trump ha coqueteado desde su regreso a la Casa Blanca, Johnson respondió que "todas las cartas están sobre la mesa".


Antes, había dicho que una de sus principales metas que México cumpla con todas “las obligaciones que ha hecho para ayudarnos a asegurar la frontera y parar el flujo de fentanilo”.

Sobre una posible intervención militar, Sheinbaum respondió rápido a mediados de marzo, cuando se dieron estas declaraciones. "No está sobre la mesa, ni sobre la silla ni sobre el piso. Hay buena colaboración porque hay respeto en ambos países, sobre todo hay confianza mutua y tiene que ver con que se respeten los márgenes de colaboración en el marco de nuestra soberanía, y de los cuatro ejes que hemos hablado aquí que tiene que ver con la confianza, que se respeten los márgenes de coordinación y colaboración; y principalmente con el respeto a nuestra soberanía", afirmó la Presidenta.


El Embajador Johnson dijo esta semana que llegaba a México para trabajar con Sheinbaum.


"Compartimos nuestra integración económica y lazos culturales. Estoy aquí para trabajar junto con la Presidenta Sheinbaum y su equipo en temas de interés como la seguridad, la frontera y la migración. Las muchas llamadas entre nuestros presidentes reflejan la importancia de nuestra relación y prioridades compartidas", mencionó el diplomático.

"Queremos siempre buena relación con el gobierno de los Estados Unidos", comentó la Presidenta unas horas antes de recibir sus cartas credenciales. Pero, por ahora, los guiños –y los antecedentes– dicen otra cosa de Ron Johnson.

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